A pesar de haberme especializado en Salud Mental al finalizar la carrera, mis primeros pasos en esto de la Terapia Ocupacional fueron en la atención a personas mayores.
Al principio creía que era una salida que no me iba a gustar, pero sabía que para coger rodaje como Terapeuta tenía que pasar antes por una Residencia de Mayores, pues al fin y al cabo, es donde más posibilidades de empleo veía en aquel momento.
Inicié mi camino en una residencia muy pequeña y familiar, para pasar después a una mucho más grande, con más de 300 residentes y con un ritmo de trabajo muy elevado.
En contraposición a lo que siempre había pensado, empezó a gustarme mi trabajo y comencé a ver avances en personas con gran deterioro cognitivo y funcional.
Esto, como es lógico, comenzó a motivarme y cada vez disfrutaba más de la labor de la Terapia Ocupacional en la edad más avanzada.
Es necesario incidir en la importancia de nuestros mayores en la sociedad. Y en lo que son capaces de aportarnos y de enseñarnos, cuando trabajamos con ellos día a día y compartimos nuestras experiencias y vivencias con ellos, durante tanto tiempo.
La Pandemia de Covid-19 se ha llevado con ella a gran parte de nuestra población más envejecida. Y eso es un drama enorme. Pues sólo nuestros mayores son los que pueden contar en primera persona todo lo vivido durante las épocas más duras e importantes de la historia de nuestro país. Hemos perdido a muchas de esas personas durante estos meses y da mucha pena pensar todo lo que ha muerto con ellos.
Por otro lado, tengo que decir que mi paso por la geriatría en el campo de la Terapia Ocupacional me ha aportado más de lo que nunca hubiera imaginado. Cada día en la residencia era una aventura nueva y ningún día era igual que el anterior, lo cual también aporta mucha gratificación cuando una desempeña su trabajo.
Es verdad que trabajar con personas mayores en muchas ocasiones resulta muy duro. Podemos ver reflejados en ellos a personas de nuestro entorno que ya no están y eso hace el camino bastante difícil. Además, es evidente que se les coge mucho cariño. Pasan a formar parte de nuestra familia y ver cómo se van apagando, incluso cómo nos abandonan de manera repentina, es muy doloroso.
Pero también tengo que reconocer que trabajar en una residencia me ha dado muchísimas alegrías. He sabido disfrutar del momento y he aprendido a valorar muchas cosas en las que anteriormente a penas reparaba.
Fue una época maravillosa, que a día de hoy sigo recordando con una sonrisa. Y agradezco muchísimo haber tenido la oportunidad de iniciarme como Terapeuta Ocupacional en el mundo de los mayores.
Soy una persona que considera que la vida tiene que estar llena de sonrisas y desarrollándote en lo que más te gusta, la diversión está asegurada.
Es maravilloso que tengas la capacidad de poder entender y ayudar a personas que lo necesitan
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